La vida son dos días

Desde abril que no me asomo a esta ventana y  vaya si han pasado cosas  en estos dos últimos meses. Por de pronto voy a tener que cambiar el collage de imágenes que preside el blog porque hay un señor en una de ellas que ha pasado, sino a mejor vida, a una más tranquila seguro.

Su nombre es Mariano y ahora es registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). Vaya por Dios, vende mi madre un apartamentito en dicha localidad en mayo y en junio se muda él allí. Vamos, que me quedo sin verlo en bañador paseando por sus playas algún día de este verano.

Que cierto es aquello de que la vida son solo dos días, uno estás arriba y otro estás abajo… Hace poco más de un mes este señor y millones de españoles, entre los que me incluyo, no pensabamos que se podía cambiar de Gobierno como quien cambia de un desodorante Deliplus de Mercadona.

Y no lo pensabamos porque en este país estamos tan acostumbrados a aguantar carros y carretas que el hecho de que el presidente del Gobierno faltase a la verdad en su testimonio ante un juez sobre algo tan alejado a su persona como la financiación irregular del partido que preside, tampoco nos parecía algo tan del otro mundo.

Claro que por no pensar no pensabamos tampoco que un señor que hace dos años fue «invitado» a dejar la presidencia de su partido, iba a volver a dirigir el mismo y un poco más tarde los designios de este país.

Si es que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…

 

 

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Vuelve a Toledo

Julio de 1997. Como es costumbre en Toledo, un sol inclemente achicharraba a un multitudinario grupo de periodistas de la capital y de fuera de sus fronteras mientras esperaban con sufrida resignación que ella se animará a dedicarles unas palabras durante su visita a la ciudad.

Un servidor era uno de ellos. Parapetado junto a la entrada del Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de Castilla-La Mancha, parecía un personaje más sacado  de aquella genial película de Berlanga, “Bienvenido Mister Marshall”.

Se hizo algo de rogar, pero finalmente hizo acto de presencia flanqueada por un grupo de hombretones con pinganillo en la oreja, que riete tú de Kevin Costner en “El guardaespaldas”.

Con sonrisa y look al más puro estilo “american way of life”, parecía relajada y muy en su papel de “señora de de”. Me imagino que en su cabeza ella ya tenía muy claro que lo de mujer consorte era una parada obligatoria en su camino hasta llegar al verdadero destino que deseaba.

Se fue de Toledo encantada con la ciudad y su gentes y prometiendo volver con más tiempo. Desde aquel momento hasta ahora, tiempo lo que se dice tiempo libre no ha debido tener mucho y seguro que ella esperaba tener menos si cabe durante los próximos cuatro años.

El problema, para ella, es que, al parecer, la clase media blanca de su país sí que estaba por la labor de que pudiese volver a Toledo y ha decidido que se tome la vida de forma más relajada y pueda empezar a disfrutar de pequeños placeres como un buen plato de carcamusas  o de perdiz escabechada.

Estimada Hillary, tú no me recordarás, pero quiero decirte que siento mucho que el señor de pelo fosco y oxigenado te haya dejado «compuesta y sin novio», y  que no hayas podido romper el techo de cristal en EE.UU. Que sepas que cuentas con otro en el que cobijarte si te animas a volver a Toledo.

Nota I: Si alguien esperaba un análisis serio y concienzudo sobre la derrota de  la ex primera dama  a manos del señor del pelo fosco y oxigenado le puedo aconsejar alguno de los miles de artículos publicados hasta la fecha por periodistas y expertos que, al menos según ellos, saben muy bien de lo que hablan.

Nota II: Mensaje para Melania: «Me da a mí que no se te va a pasar a tí por la cabeza, pero mejor no lo intentes. No da resultado».

 

Para todos los gustos

Terminado el verano y cuando todos empezamos a guardar bañadores y toallas en el fondo del armario nos encontramos siempre con la misma noticia. Esa de que durante los días de vacaciones se va fraguando la catástrofe y  la vuelta a la rutina laboral viene acompañada por más demandas de separación y divorcio que nunca.

Va a tener que ser hasta verdad a la vista de la hecatombe de rupturas para todos los gustos que estamos conociendo en los últimos días. Y digo para todos los gustos porque, en función de filias y fobias personales, tienes la tuya preparada para mantener el tan necesario tema de conversación en los cafés de oficina,  comida dominguera con la familia y/o amigos y encuentros ascensoriles con el vecino del quinto.

Que lo tuyo es más el glamour hollywoodiense, divorcio Brad Pitt-Angelina Jolie al canto; que la rosa es tu flor favorita, combate Pedro Sánchez-barones autonómicos; que eres más del morado que del naranja, enfrentamiento tuitero Iñigo Errejón-Pablo Iglesias…

Sí, claro que existen cientos de asuntos más importantes sobre los que hablar y tomar partido en esta vida pero donde esté una buena trifulca multicanal entre personas o personajes conocidos que se quite otra cosa.

Y es que, reconozcámoslo, si encendemos la tele y  no nos encontramos con un cruce de reproches y acusaciones bien condimentados por los tertulianos de turno parece como que nos falta algo.

Comento este tema con una compañera y me dice, muy categórica ella, que “lo que pasa es que nos entretenemos con las movidas ajenas para no reparar en las nuestras y ver si así seguimos tirando, al menos, hasta el próximo verano”.

Ole ella… A ver si va a tener razón y todo.

Nota. Opto por ilustrar el post con una foto de Brangelina en sus buenos años, para ver si así los fans se animan y consigo más visitas al post…

 

 

El Día de la Marmota

Estaremos todos de acuerdo que llevamos desde hace meses, casi un año, experimentando la misma sensación que Bill Murray en la película “El día de la Marmota”.

Nos levantamos, encendemos la radio o ponemos la tele y volvemos a escuchar a los mismos señores de siempre, diciendo lo mismo y su contrario, un día sí y otro también.

Señores muy educados (o casi), con o sin traje según el gusto, a los que antes, durante y después de las elecciones generales (las dos) hemos oído recitar las glorías de su proyecto político para mejorar nuestro maltrecho país después de años de crisis.

Todavía el pescado no está vendido pero todo parece indicar que la voz cantante la tendrá Mariano Rajoy,  y será él el encargado de gobernar a los españolitos de a pie durante los próximos cuatro años.

Mientras se deshoja la margarita, unos y otros aseguran que trabajarán buscando el acuerdo con el resto de fuerzas para sacar adelante las medidas que entienden necesarias para el desarrollo de nuestro país.

También lo del consenso y la negociación en aras al bien común de la sociedad española lo hemos escuchado antes cienes y cienes de veces y…

…del dicho al hecho siempre hay un trecho y en el caso de nuestro país uno muuuuy largo, porque aquí, como ya he dicho en alguna otra ocasión, lo que se lleva más es la bronca y el ‘tonto el último’.

Tiempo al tiempo. Veremos que nos depara esta nueva legislatura. A lo mejor, nos sorprenden nuestros políticos y nosotros dejamos de vivir «El día de la Marmota” y ellos se convierten en los protas de “Quien tiene un amigo tiene un tesoro”, al mas puro estilo Bud Spencer y Terence Hill.

Ponga un político en su vida

En tu casa, en la mía, en la de Bertín… Aquellos a los que solo en unos días volveremos a ver en carteles y vallas de todo el país han vuelto a multiplicar sus apariciones en televisión y no le hacen ascos a nada.

Que hay que charlar un rato con un grupo de niños pre acné juvenil, se hace, que hay que dormir, metafóricamente hablando, con Susanna Griso, se hace, que hay que decirle a María Teresa Campos lo bien que está para su edad, se hace, que hay que marcarse unos pasitos de baile con las hormigas de Pablo Motos, pues ídem.

Y lo siento, claro, por los pobres ciudadanos de a pie que se sientan en un sillón, tras una larga jornada de trabajo, y se encuentran sin desearlo con el líder el partido de turno escalando, cantando, cocinando… , pero también, todo hay que decirlo, por los propios protagonistas de las tan hasta ahora atípicas escenas #pongaunpolíticoensuvida.

Pónganse en su piel. Años y años acurrucados en su “zona de confort”, o lo que es lo mismo, traje, corbata y actos y más actos oficiales y de partido y, de repente se ven inmersos en una vorágine de “tonto, el ultimo” en salir en prime time haciendo de todo y de nada un poco. A saber a qué asesor de comunicación espabilado se le ocurrió.

El único consuelo que les queda es saber que, después del 26 de junio, los “supervivientes” a la cita electoral, podrán volver a su hábitat natural y cualquier ‘selfie’ mañanero será cosa del pasado.

Mucho ánimo que ya queda poco. Para ellos y para nosotros.

 

Muy de Einstein

Se veía venir. No porque no lo hayan intentado, que nos dicen que sí; no porque no lo hayan querido, que nos dicen que sí, y no porque no les haya interesado, que parece ser que también, pero ya es seguro que volveremos a tener que acudir a los colegios electorales a finales del próximo mes de junio.
Y se veía venir porque en este país podremos presumir de muchas cosas pero de eso que los leídos denominan “cultura del acuerdo” tenemos más bien poco. En el país del toro de Osborne en las carreteras, difícil, pero que muy difícil, resulta que dos se pongan de acuerdo, pero tres, cuatro… eso es, simple y llanamente, una locura.
Díganme sino, por 25 pesetas la respuesta correcta, nombres de familias de más de tres hermanos que, al menos, dos de ellos no estén a la gresca; reuniones de comunidades de vecinos donde no se líe parda a cuenta del número adecuado de macetas para adornar el portal, o nombres de compañeros de trabajo que no despotriquen contra el que ese día se ha perdido la hora del café.
Y es que en el país donde se cuentan por millones los fieles seguidores del Sálvame de Luxe o los GH VIP lo que nos va es la bronca, la trifulca, y el ‘tú tonto, pues tú más’, y eso no hay quien lo cambie.
Nosotros somos así, punto, y aunque los señores con traje y corbata (ahora también con coleta) que vemos todos los días en televisión parezcan otra cosa, no nos engañemos, nosotros somos muy de Albert Einstein. Aunque solo sea por aquello que decía de que “una velada en que todos los presentes estén absolutamente de acuerdo es una velada perdida”. Pues eso.

Ataulfo, Tederico, Eurico…

No hace mucho tiempo, en los colegios de nuestro país, los alumnos más aplicados eran los que se conocían “al dedilo” la lista de los reyes godos o decían de corrillo la tabla de multiplicar del nueve sin pestañear.

Ahora no. Ahora, los chavales más listos son los que se saben de memoria los nombres de las operaciones anticorrupción de los últimos tres meses o los de las tramas de financiación ilegal y aprovechamiento personal de políticos y funcionarios de todo tipo y condición.

Púnica, Gürtel, Bárcenas, Urdangarín, Barberá, Pujoles varios… nombres y más nombres que cada día nos asaltan en nuestros hogares desde las televisiones y radios con historias a cual más truculenta y enrevesada.

Personas y personajes que darían de sobra para hacer un gran parque temático que supusiera un nuevo foco de atracción turística para un país que, en gran parte, vive de la llegada masiva de extranjeros de distintas nacionalidades a los que les sigue encantando el  sol, la playa y nuestra alegría de vivir.

Alegría, alegría, la de todos los que cobraban en b por aquí, recalificaban al gusto del promotor amigo por allá, llevaban sus dineros a sociedades “offshore” en paraísos fiscales… Un por allí, por acá constante del que nos vamos enterando por capítulos, como si de un culebrón venezolano se tratase.

Y es que es mejor a todas luces que, como las capsulas de Nespresso de George Clooney, nos vayan dosificando los sustos, para que el cuerpo se nos acostumbre al frenesí y desenfreno de los amigos del dinero fácil y no se nos vaya a pasar por la cabeza pedir explicaciones o las responsabilidades correspondientes.   Visto como está el patio, yo me quedo con los reyes godos, Ataulfo, Tederico, Eurico, Alarico…