La vida son dos días

Desde abril que no me asomo a esta ventana y  vaya si han pasado cosas  en estos dos últimos meses. Por de pronto voy a tener que cambiar el collage de imágenes que preside el blog porque hay un señor en una de ellas que ha pasado, sino a mejor vida, a una más tranquila seguro.

Su nombre es Mariano y ahora es registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). Vaya por Dios, vende mi madre un apartamentito en dicha localidad en mayo y en junio se muda él allí. Vamos, que me quedo sin verlo en bañador paseando por sus playas algún día de este verano.

Que cierto es aquello de que la vida son solo dos días, uno estás arriba y otro estás abajo… Hace poco más de un mes este señor y millones de españoles, entre los que me incluyo, no pensabamos que se podía cambiar de Gobierno como quien cambia de un desodorante Deliplus de Mercadona.

Y no lo pensabamos porque en este país estamos tan acostumbrados a aguantar carros y carretas que el hecho de que el presidente del Gobierno faltase a la verdad en su testimonio ante un juez sobre algo tan alejado a su persona como la financiación irregular del partido que preside, tampoco nos parecía algo tan del otro mundo.

Claro que por no pensar no pensabamos tampoco que un señor que hace dos años fue «invitado» a dejar la presidencia de su partido, iba a volver a dirigir el mismo y un poco más tarde los designios de este país.

Si es que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…

 

 

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Donald, no el pato

El tiempo pasa que es una barbaridad. Hace nada y menos que empezabamos a escuchar en los medios de comunicación que un señor muy millonario y muy bronco se postulaba como candidato a suceder a Barack Obama desde las filas republicanas.

Sí, ese que nos sonaba por su afición a las señoras rubias, haber salido en “El príncipe de Bel Air” y  financiar el concurso de Miss América durante varios años.

Parece que fue ayer y ya ha superado los testimoniales 100 primeros días como presidente de la primera potencia mundial, lo que viene a ser, presidente un poco de todos. Y la verdad que es de los que sabe aprovechar su tiempo.

A golpe de tuit ya ha prohibido la entrada al país a miles de personas procedentes de países musulmanes, ha ordenado construir un muro con México que ríete tú de la gran  muralla china,  ha cabreado a sus supuestos socios de la Unión Europea,  y ha puesto a caldo a los medios de comunicación,  pasando por sus propios servicios de inteligencia.

Cuando muchas de sus supuestas ocurrencias las vociferaba en los mítines electorales aún pensábamos muchos que se diluirían como un azucarillo en el café si ganaba Hillary Clinton la carrera hasta el despacho oval. Pobres de nosotros, qué ilusos, el señor del pelo oxigenado se hizo finalmente con el triunfo y gobierna ya a 320 millones de estadounidenses.

El mandato de Donald Trump acaba de empezar y todo parece indicar que seguiremos despertándonos con el sobresalto en el cuerpo. Tiempos muy complejos y convulsos los que nos esperan a todos porque, no lo olvidemos, el estornudo de América es el resfriado del resto del mundo.

Para todos los gustos

Terminado el verano y cuando todos empezamos a guardar bañadores y toallas en el fondo del armario nos encontramos siempre con la misma noticia. Esa de que durante los días de vacaciones se va fraguando la catástrofe y  la vuelta a la rutina laboral viene acompañada por más demandas de separación y divorcio que nunca.

Va a tener que ser hasta verdad a la vista de la hecatombe de rupturas para todos los gustos que estamos conociendo en los últimos días. Y digo para todos los gustos porque, en función de filias y fobias personales, tienes la tuya preparada para mantener el tan necesario tema de conversación en los cafés de oficina,  comida dominguera con la familia y/o amigos y encuentros ascensoriles con el vecino del quinto.

Que lo tuyo es más el glamour hollywoodiense, divorcio Brad Pitt-Angelina Jolie al canto; que la rosa es tu flor favorita, combate Pedro Sánchez-barones autonómicos; que eres más del morado que del naranja, enfrentamiento tuitero Iñigo Errejón-Pablo Iglesias…

Sí, claro que existen cientos de asuntos más importantes sobre los que hablar y tomar partido en esta vida pero donde esté una buena trifulca multicanal entre personas o personajes conocidos que se quite otra cosa.

Y es que, reconozcámoslo, si encendemos la tele y  no nos encontramos con un cruce de reproches y acusaciones bien condimentados por los tertulianos de turno parece como que nos falta algo.

Comento este tema con una compañera y me dice, muy categórica ella, que “lo que pasa es que nos entretenemos con las movidas ajenas para no reparar en las nuestras y ver si así seguimos tirando, al menos, hasta el próximo verano”.

Ole ella… A ver si va a tener razón y todo.

Nota. Opto por ilustrar el post con una foto de Brangelina en sus buenos años, para ver si así los fans se animan y consigo más visitas al post…

 

 

El Día de la Marmota

Estaremos todos de acuerdo que llevamos desde hace meses, casi un año, experimentando la misma sensación que Bill Murray en la película “El día de la Marmota”.

Nos levantamos, encendemos la radio o ponemos la tele y volvemos a escuchar a los mismos señores de siempre, diciendo lo mismo y su contrario, un día sí y otro también.

Señores muy educados (o casi), con o sin traje según el gusto, a los que antes, durante y después de las elecciones generales (las dos) hemos oído recitar las glorías de su proyecto político para mejorar nuestro maltrecho país después de años de crisis.

Todavía el pescado no está vendido pero todo parece indicar que la voz cantante la tendrá Mariano Rajoy,  y será él el encargado de gobernar a los españolitos de a pie durante los próximos cuatro años.

Mientras se deshoja la margarita, unos y otros aseguran que trabajarán buscando el acuerdo con el resto de fuerzas para sacar adelante las medidas que entienden necesarias para el desarrollo de nuestro país.

También lo del consenso y la negociación en aras al bien común de la sociedad española lo hemos escuchado antes cienes y cienes de veces y…

…del dicho al hecho siempre hay un trecho y en el caso de nuestro país uno muuuuy largo, porque aquí, como ya he dicho en alguna otra ocasión, lo que se lleva más es la bronca y el ‘tonto el último’.

Tiempo al tiempo. Veremos que nos depara esta nueva legislatura. A lo mejor, nos sorprenden nuestros políticos y nosotros dejamos de vivir «El día de la Marmota” y ellos se convierten en los protas de “Quien tiene un amigo tiene un tesoro”, al mas puro estilo Bud Spencer y Terence Hill.

Ponga un político en su vida

En tu casa, en la mía, en la de Bertín… Aquellos a los que solo en unos días volveremos a ver en carteles y vallas de todo el país han vuelto a multiplicar sus apariciones en televisión y no le hacen ascos a nada.

Que hay que charlar un rato con un grupo de niños pre acné juvenil, se hace, que hay que dormir, metafóricamente hablando, con Susanna Griso, se hace, que hay que decirle a María Teresa Campos lo bien que está para su edad, se hace, que hay que marcarse unos pasitos de baile con las hormigas de Pablo Motos, pues ídem.

Y lo siento, claro, por los pobres ciudadanos de a pie que se sientan en un sillón, tras una larga jornada de trabajo, y se encuentran sin desearlo con el líder el partido de turno escalando, cantando, cocinando… , pero también, todo hay que decirlo, por los propios protagonistas de las tan hasta ahora atípicas escenas #pongaunpolíticoensuvida.

Pónganse en su piel. Años y años acurrucados en su “zona de confort”, o lo que es lo mismo, traje, corbata y actos y más actos oficiales y de partido y, de repente se ven inmersos en una vorágine de “tonto, el ultimo” en salir en prime time haciendo de todo y de nada un poco. A saber a qué asesor de comunicación espabilado se le ocurrió.

El único consuelo que les queda es saber que, después del 26 de junio, los “supervivientes” a la cita electoral, podrán volver a su hábitat natural y cualquier ‘selfie’ mañanero será cosa del pasado.

Mucho ánimo que ya queda poco. Para ellos y para nosotros.