Bendito cole

Las bicicletas serán para el verano pero los niños no. Me explico, claro que a los peques de la casa les encanta estar de vacaciones, dejar la mochila y los libros abandonados en un rincón de la habitación e intentar hacerse con el mando de la tele para evitar que, por un casual, alguien ose cambiar de canal y quitar Disney Channel o Clan TVE.

A los que no les hace tanta gracia la continua, constante y duradera presencia de los críos en el nido familiar durante los meses estivales es a sus progenitores. Hablaré en primera persona para que sea a mí al que se tache de mal padre pero creo que somos la práctica mayoría los que estamos deseando que llegue septiembre para que los niños vuelvan a las aulas y vuelva también algo de tranquilidad a nuestras vidas.

Las primeras semanas todo va sobre ruedas. Están muy contentos, se entretienen con casi cualquier cosa y hasta hacen el libro de actividades de turno. La cosa empieza a torcerse cuando ya han jugado con todos y cada uno de sus juguetes, se han bañado y rebañado hasta que sus deditos no pueden arrugarse más y se han dado cuenta de que, aunque se han  comprado 100 veces el mismo helado,  nunca les saldrá la etiqueta de ’enhorabuena, has conseguido otro gratis’

Es entonces cuando las quejas, discusiones y el “no porque no” se convierten en la rutina del día a día. Ya nada les apetece, gusta o parece bien y no saben qué hacer con su vida.

Los padres, por su parte, cada vez tienen menos paciencia y las ganas de jugar a cualquier cosa en cualquier momento se va perdiendo de la misma manera que el bronceado conseguido en los días de vacaciones en la playa.

Así las cosas, la última semana de agosto y los primeros días de septiembre son casi, casi un “calvario” para ambas partes. Lo que vendría a ser ver completo y del tirón el primer Pleno en el Congreso de los Diputados tras el parón estival.

Solución. Vuelta al cole, reencuentro con los amigos y nuevas ocupaciones para que los niños “reajusten” costumbres, horarios y rutinas.

Todos, los padres primero, lo agradeceremos.

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