Para todos los gustos

Terminado el verano y cuando todos empezamos a guardar bañadores y toallas en el fondo del armario nos encontramos siempre con la misma noticia. Esa de que durante los días de vacaciones se va fraguando la catástrofe y  la vuelta a la rutina laboral viene acompañada por más demandas de separación y divorcio que nunca.

Va a tener que ser hasta verdad a la vista de la hecatombe de rupturas para todos los gustos que estamos conociendo en los últimos días. Y digo para todos los gustos porque, en función de filias y fobias personales, tienes la tuya preparada para mantener el tan necesario tema de conversación en los cafés de oficina,  comida dominguera con la familia y/o amigos y encuentros ascensoriles con el vecino del quinto.

Que lo tuyo es más el glamour hollywoodiense, divorcio Brad Pitt-Angelina Jolie al canto; que la rosa es tu flor favorita, combate Pedro Sánchez-barones autonómicos; que eres más del morado que del naranja, enfrentamiento tuitero Iñigo Errejón-Pablo Iglesias…

Sí, claro que existen cientos de asuntos más importantes sobre los que hablar y tomar partido en esta vida pero donde esté una buena trifulca multicanal entre personas o personajes conocidos que se quite otra cosa.

Y es que, reconozcámoslo, si encendemos la tele y  no nos encontramos con un cruce de reproches y acusaciones bien condimentados por los tertulianos de turno parece como que nos falta algo.

Comento este tema con una compañera y me dice, muy categórica ella, que “lo que pasa es que nos entretenemos con las movidas ajenas para no reparar en las nuestras y ver si así seguimos tirando, al menos, hasta el próximo verano”.

Ole ella… A ver si va a tener razón y todo.

Nota. Opto por ilustrar el post con una foto de Brangelina en sus buenos años, para ver si así los fans se animan y consigo más visitas al post…

 

 

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Pena, penita,pena…

Si ya lo decían, con toda la razón del mundo, Ramón y Manuel. El final del verano llegó y tú partirás.

A una gran mayoría no es que el amor de nuestra vida (hombre, mujer o viceversa) se haya ido a comprar tabaco y no le hayamos vuelto a ver más el pelo, pero sí que vamos a echar mucho de menos esas pequeñas alegrías de la vida que el periodo estival nos trae cada año.

Adiós a la playa, piscina o sucedáneo, bye, bye al chiringuito, terracita o buffet libre hotelero y au revoir al paseo, las siestas y las chanclas.

El trabajo y la vuelta al cole centrarán rápidamente las preocupaciones del día al día y cada vez recordaremos de manera más difusa los momentos vividos en lugares idílicos en buena compañía.

Aunque también podemos mirarlo por el lado positivo. De igual manera, dejamos atrás el sentimiento de frustración por no haber completado con éxito la “operación bikini”, las peleas a toallazo limpio por ubicar la sombrilla en el lugar deseado, o los “sablazos” por una ración de pescaito frito y paella con marisco.

Además, con esta suerte de cambio climático que nos ha tocado vivir, a buen seguro que el sol y el calor nos acompañará hasta que los anuncios de turrones nos confirmen la llegada de una nueva Navidad y para entonces ya habremos puesto todos la cabeza en el ‘Especial Nochebuena’ de Raphael.