Vaya a saber usted porqué pero soy de los que suele estar pendiente de los rankings de audiencia que diariamente se publican con los programas, series… más vistos de la jornada y a poco que uno se fije llega a la conclusión de que eso de las “dos Españas” que empezaron a debatir intelectuales de todo pelaje a finales del siglo XIX sigue siendo igual de cierto que dos más dos son cuatro.
Sí, sí, tenemos la “España, verde que te quiero verde” y la “España, tú si que eres guapa y tan lista”. Me explico. Los programas más vistos, semana tras semana, son, por un lado, los “Gran Hermano”, “Sálvame”, “Supervivientes” y demás variaciones “patiovecinales” todas ellas centradas en esa costumbre tan nuestra de “criticar por criticar”, y, de otro, “El Hormiguero” “En tu casa o en la mía”, “La Voz”, “Tu cara me suena”…, que adulan y veneran al invitado o joven talento que pasa como estrella fugaz por ellos.
Pues eso. O nos va la marcha y lo que nos pone es ver como unos y otros se enzarzan en broncas monumentales, ya sea por la comida, una canita al aire o rencillas entre padres e hijos y viceversa, o preferimos creer que el mundo es mejor gracias al encanto y saber estar de los actores, cantantes o políticos del momento
Alguien dijo, uno de estos sabios antiguos que quedan muy bien en las citas, que “en el término medio está la virtud”. Ay, pobrecico mío si levantará la cabeza hoy en día en cualquier ciudad o pueblo de la bella Hispania…